Generalmente se acepta y acuerda que la fuente de la Jurisprudencia Masónica yace en los “Antiguos Landmarks”. Mucho ya se ha dicho acerca de ello en nuestros escritos, pero ello permite que se les deba prestar atención adicional para obtener una clarificación y comprensión contextual de la Jurisprudencia Masónica.
La frase los “Antiguos Landmarks” puede ser considerada como originante en el reconocimiento, por la humanidad antigua, de esas impresiones divinas, precipitaciones y símbolos, que eran la garantía para el género humano de aquello que yace detrás, en y encima de todo fenómeno manifestado. Ellos les hablaron sobre ese mundo de patrones, de formas arquetípicas y de poderes originantes. Él comprendió así que allí existía una regla, un orden, un programa y un control, y leyes que lo vinculaban y de las cuales no hay evasión, sino cooperación con ellas que estaban buscando firmemente impresionarse sobre la mente de la humanidad sin infringir el libre albedrío del hombre. También comprendió que esta influencia omnipresente se extendía a lo largo del entero universo, trayendo – con la fuerza de la persistencia – orden al caos; sabiduría con la firme disipación de la oscuridad por la luz de la razón, de la intuición y de la revelación; y belleza y armonía del pecado y la lucha.
En los antiguos Templos de Iniciación de los constructores operativos se encuentran evidencias de una eneseñaza primitiva cuando los antiguos Instructores de la raza enseñaban a la humanidad infantil. Ellos dieron a los hombres los símbolos externos pero no les dieron ninguna interpretación, porque sus mentes estaban muy poco desarrolladas para captar cualquier significado o importancia. Solamente vieron la forma dramática rudimentaria exterior; construyeron Templos enormes, pero los construyeron siendo fieles a los diseños simbólicos que observaron en los ritos y ceremonias ejecutadas por los sacerdotes-iniciados de antaño. En estos restos antiguos se encuentran evidencias de centros de verdad donde el reconocimiento era acorde a la instrucción dada a la humanidad sobre sus relaciones divinas. Allí, los orígenes de la verdadera religión interna se encontraron y establecieron en la tierra; y allí, los sacerdotes-iniciados enseñaban a las personas con parábolas y guiaron a aquellos que estaba listos lo largo de los procesos de los ritos iniciáticos. Los pocos de estos edificios sobresalientes que quedan hoy en día, perduran como testigos inalterables de los planes del G.A.D.U. y permanecen como símbolos inamovibles y eternos de aquello que es verdadero y espiritual.
La responsabilidad del Masón moderno es reafirmar las verdades antiguas, apuntando a los landmarks como avales de esa verdad, pero ahora en la forma de una arquitectura sintáctica de la mente con la cual su pensamiento y consecuente acción está conformada.
Los Antiguos Landmarks permanecen. No han sido eliminados y pueden ser hallados por todo aquel que los busca. Su presencia es la garantía de la luz, del conocimiento y de la inmortalidad, y la verdad concerniente a los ritos de iniciación, las ceremonias representadas dentro de la Logia Masónica, las pruebas y dificultades a las cuales se somete siempre a un candidato de los Misterios y las recompensas y responsabilidades resultantes, todos han sido preservados en la Masonería. Nada de esta Enseñanza antigua y eterna se ha perdido.
El Masón moderno es el heredero de las eras. Es el custodio de la verdad que la humanidad necesita. Los Constructores deben y pueden construir de nuevo el Templo del Señor y así servir a la necesidad de la humanidad en la Era emergente. Ese Templo puede ser el receptor de aquel pilar de luz que ahora se encuentra listo para descender al Templo y llenar al mundo entero con luz. Al establecer la verdadera hermandad y por el uso inteligente de la forma de la Masonería, el Masón puede traer luz al mundo y apresurar la restauración de los Misterios sobre la tierra. A la consumación de la fusión de lo interno y lo externo, lo subjetivo y lo objetivo, lo operativo y lo especulativo, los Antiguos Landmarks testifican, tanto aquellos de orden físico como aquellos landmarks más subjetivos que constituyen los principios del gobierno y orden, y que guían al Masón en su trabajo de construcción.
Los landmarks de la Masonería, por lo tanto, no son sino formas de la verdad, velando una cualidad divina y conteniendo la promesa de vida. Son verdades vivientes. Aquello que es visible y observable en la tierra tiene su contraparte y origen en el “cielo” (o una realidad interna) y no existe simple o meramente en virtud de la mente de los hombres. Ciertas verdades eternas existen, ya sea si el hombre “cree” en ellas o no y existen independientemente de su registro conciente o reconocimiento. Esta contraparte o patrón de verdad, proviniendo, como seguramente lo hace, de una MENTE mayor, se impresiona sobre la conciencia humana y se desarrolla en aquellas formas de religión, gobierno, cultura y civilizaciones venideras como lentas expresiones emergentes de verdad espiritual.
Sobre el registro y reacción a estas fuerzas influyentes (incluso si son inconcientes de su Fuente) está la base del reconocimiento de la ley en las mentes de los hombres, no obstante, se origina como ley espiritual.
Como uno de los propósitos designados de la Masonería es que es el Custodio de la Ley entonces se deben dar consideraciones más profundas por los Masones en su esfuerzo de comprender este edicto.
Jurisprudencia
La palabra jurisprudencia está compuesta de dos palabras latinas: jus y prudentia y expresan ciertas inferencias vitales. La palabra latina jur viene de jus, que significa ley. De ella surge la palabra justo. En la época clásica jus vino a denotar “derecho”, particularmente “derecho legal”. Prudente y previsor son dos derivados formados del prefijo latin pro-, que significa “antes, por adelantado” y videns, el presente participio de videre que significa “ver” y por lo tanto etimológicamente significa “antevisto”. Fue contraída al L.T. prudense, que significa “visionario, sabio” y llegó al español vía el francés antiguo, prudent. La palabra latina prudentia, significa la habilidad de gobernar y disciplinar
Es interesante notar que dos de las cuatro borlas colgantes de las cuatro esquinas del Piso de Mosaico (por lo tanto circunscritas a él) están destinadas a denotar Justicia y Prudencia: Jurisprudencia.
La jurisprudencia Masónica, por lo tanto, emerge como una ciencia, sistema o filosofía de ley que está redactada en subordinación a los Landmarks y erigidas como un sistema de principios y reglamentos gobernantes en el esfuerzo de establecer conformidad a los edictos peculiares de aquellos Landmarks. Es un sistema único de jurisprudencia en el que su sistema está co-mesurado con ciertas premisas fundamentales afirmando el hecho de un orden divino de ser y existir, un orden jerárquico de Inteligencias divinas y un sistema de gobierno que es el custodio de un Plan dirigiendo el curso de la evolución, revelando así el propósito divino.
Una singularidad mayor de la jurisprudencia Masónica es que es aplicada por Masones a sí mismos, mantenida entre los unos y los otros, libremente sometida por un individuo Masón por su propia voluntad y acorde a ella y que auto-regula y auto-gobierna como un sistema grupal jerárquico organizado.
Si los Landmarks están definidos como un reflejo o forma simbólica de aquellos principios y propósitos gobernando la Logia en lo Alto – el prototipo de la Masonería – entonces estos Landmarks en la Masonería, como leyes, son esencialmente las leyes o principios del gobierno espiritual. Existen muchos otros tipos de leyes espirituales y leyes que gobiernan la vida del alma (en su propio plano), pero los Landmarks, las leyes espirituales de la Masonería, simbolizan un modo divino de los principios de gobierno.
El sistema de jurisprudencia en la Masonería ha establecido una división triple:
- LANDMARKS
- REGLAMENTACIONES GENERALES
- REGLAMENTACIONES LOCALES
Muchas de las reglamentaciones de la Masonería están basadas sobre costumbres y prácticas largamente establecidas que, a lo largo de los siglos, subsecuentemente han llegado a ser codificadas en escritos como reglamentaciones, mientras que otros han derivado de la promulgación periódica de sus tribunales supervisores, por ejemplo, una Gran Logia.
Escritores sobre ley municipal han hecho una división de leyes entre no-escritas y escritas – las leges non-scriptae y las leges scripte. La ley civil de los romanos hizo una distinción similar entre la jus scriptum y la jus non-scriptum, siendo la última también llamada la jus moribus constitutum, o la ley basada en consuetude inveterata o costumbre inmemorial. Para caer en esta categoría, la costumbre debe haber existido desde un tiempo al que “la memoria del hombre no puede retroceder”. Así, los Landmarks también están ubicados en esta categoría, siendo de tal antigüedad que ninguna memoria o historia convencional puede alcanzarlos.
Vale la pena notar la preservación de costumbres antiguas (en el sentido que el espíritu de una costumbre está preservado y no ha degenerado en un cascarón vacío o repetición) con respecto a la virtud. Como las personas corruptas casi nunca ejecutan ninguna acción memorable, digna de emulación, entonces para hacer recuerdo a los hombres de máximas antiguas generalmente se les recuerda la virtud.
También vale la pena notar que los Landmarks reales son relativamente pocos en número, pero tanto las Reglamentaciones como los Trabajos (los principios de los ritos de iniciación) derivan de ellos. Este es un punto a menudo pasado por alto. Nuestra Constitución de AUM, por ejemplo, ofrece una tabla de solo catorce landmarks principales. Pero este número tiene una importancia esotérica.
Progreso y Cambio
Es necesario hacer una distinción entre landmarks y ciertas reglamentaciones que, basadas en la tradición, costumbres y prácticas, han sido consideradas por Masones ambiguamente como “landmarks” a lo largo de los siglos.
Es común entre los Masones considerar a su Taller como una “ciencia progresiva” y que “debe necesariamente ser influenciada por el progreso de la era”. De hecho, los Trabajos son progresivos a medida que el candidato progresa de grado a grado, pero en otros factores es aquí que las líneas se han vuelto borrosas. Los Landmarks no cambian, ni podrían hacerlo.
Es en la “institución” de la Masonería, a lo largo de los siglos, que las líneas se han vuelto de algún modo borrosas entre los Landmarks, Cargos y Reglamentaciones donde los Cargos y Reglamentaciones, promulgados por las mentes de los hombres, han llegado a ser erróneamente considerados e incluidos en las listas de “landmarks” debido a las tradiciones, costumbres y prácticas establecidas, pero que no caben bajo la definición de Landmarks tal como son dadas en nuestras Constituciones de AUM. Muy frecuentemente, estas emniendas se insertaron en varias Constituciones a lo largo de los siglos después del hecho, por ejemplo, después que cierta práctica que no estaba “en los libros” había continuado por muchos años, se insertaban enmiendas para incluirla y “escribirla en la ley” e incluso añadirla en la lista de “landmarks”.
En otro asunto, también diferimos del punto de vista de la Masonería convencional cuando afirma que “debe, necesariamente, ser influenciada por el progreso de la era” cuando esa afirmación está implícita en el sentido ordinario de progreso. Podemos estar de acuerdo con la afirmación si, por ejemplo, se refiere al periodo mundial al que estamos pasando rápidamente, la “Era de Acuario”, porque incumbiría a los Masones que son adecuadamente sensibles a “ser influenciados” por estas energías afluyentes mientras buscan cooperar con el Plan. Se podría argumentar, sin embargo, que la Masonería convencional no se está permitiendo ser influenciada por el “progreso de la era” incluso por aquella en la que vivimos y de hecho, es incluso de algún modo reaccionaria ante ella. Para revisar esta afirmación y poner a la Masonería más en línea con su propósito e intención divinas, debemos ver que la Masonería misma ¡debería influir el progreso de la era! (y no quedarse atrás).
Las Mujeres en la Masonería
Es en esta categoría que el argumento a favor o en contra de las mujeres en la Masonería encuentra su lugar. El argumento convencional en contra de las mujeres en la Masonería se hace en base a un punto enlistado bajo los “Cargos” concernientes a “Ciertas Calificaciones de los Candidatos a la Iniciación” el cual, a lo largo de los siglos, ha llegado a ser ambiguamente enlistado como un Landmark. Que deben existir – por necesidad y en virtud de la naturaleza y requisitos para la Iniciación misma – ciertas calificaciones internas pre-existentes en todos los candidatos a los misterios de la iniciación, es sin duda cierto. Pero esta preparación y calificación es de naturaleza interna, espiritual y, nada tiene que ver con el género. No existe ningún landmark enlistado en nuestra numeración de las catorce principales que concierna al género; ni tampoco existe ningún otro landmark que concierna al género. Los Landmarks están enlistados en forma de afirmaciones cortas, puntuadas, exponiendo los principios y propósitos que gobiernan el trabajo de la Logia en lo Alto y simbolizan – para la conciencia humana – un modo divino de los principios de gobierno. Acorde a ello, los asuntos espirituales tienen que ver con la vida espiritual y conciernen a la naturaleza del alma en su propio plano – la cual no es masculina ni femenina. No tiene sexo. Es una unidad triple que encarna y corresponde a los aspectos de la Deidad Misma; atma-budi-manas, expresadas como voluntad-intuición-inteligencia (o mente) y expresadas en la Trinidad Masónica como Fuerza-Sabiduría-Belleza. El gobierno espiritual es gobierno espiritual, i.e., concierne al reino del espíritu y del alma en su propio plano de existencia. El objetivo del aspecto exotérico del Sendero espiritual en los tres mundos es preparar la forma para el descenso del aspecto espíritu para que la divinidad pueda ser expresada en el plano físico. Esto resultaría en el mundo de la forma siendo gobernada por el aspecto espíritu, trabajando “abajo” por medio suyo y llevando así, todas las cosas al orden en conformidad con la ley espiritual o vida. A este propósito todas las enseñanzas y simbolismo de las ceremonias y ritos Masónicos rinden testimonio codificado mediante las alegorías del trabajo de los constructores.
Los llamados “Antiguos Cargos” fueron diseñados en un periodo en el cual los elementos operativos y especulativos de la Masonería fueron combinados. Muchos Masones eran en realidad masones operativos y los “Cargos” que se les dieron concernieron a los códigos de trabajo, a la lealtad que le debían a sus empleadores y a un código moral básico de comportamiento. Estos Cargos parecen ser muy antiguos y estaban contenidos en un Manuscrito (escrito durante el reinado de James II, el cual se extendió desde 1685 a 1688) que se dice había estado en posesión de la Logia Antiquity en Londres. Probablemente son mucho más antiguos que 1685 y contienen “Cargos simples para permitir o aceptar Masones” es decir “Cargos y cláusulas a ser leídas… al hacer a un Francmasón o Francmasones”. En esos antiguos Cargos, el tercero (concerniente al tema de las calificaciones para la aceptación) dice, “que aquél que sea hecho sea capaz en todos los grados; ello es, que haya nacido libre (i.e. que no sea un esclavo); de buena parentela, honesto y que no sea ningún peón, y que tenga su miembro correcto como cualquier hombre debe tenerlo.” Otro Cargo Antiguo, recogido en 1717 daba la calificación como sigue: “las personas admitidas como miembro de una Logia deben ser hombres buenos y honestos, nacidos libres y de edad madura y discreta, no debe ser peón, mujer u hombre inmoral o escandaloso, sino tener acreditación”.
Ahora, si observamos que la Masonería es aquella especulativa que surgió del arte operativo, entonces la verdad relativa de esa posición está necesariamente limitada por el punto de vista no inspirado y académico que traza los orígenes de la Masonería hasta la resurrección de ciertos gremios operativos antiguos y sus modos de trabajo. Si ampliamos un poco el punto de vista, por ejemplo, que la Masonería se originó bajo la dispensación Judía, posiblemente encarnando una tradición antigua, y que de algún modo, debido al simbolismo particular y las alegorías concernientes a la construcción del templo, llegó a estar inexplicablemente intricado con el taller de construcción Medieval y preservado por los gremios, entonces tenemos un punto de vista ligeramente “místico”, aunque todavía bastante limitado.
Si, de todos modos, el punto de vista es el opuesto a aquel y se considera que el arte operativo de construcción es esencialmente un símbolo externo o precipitación de una Masonería especulativa que se ocupa de la tarea de iluminar, educar y elevar la conciencia de la humanidad, entonces tal punto de vista debe, necesariamente, concebir al taller de construcción metafóricamente. Este último punto de vista, i.e., ver al taller de construcción a través del símbolo y la alegoría, necesariamente dirige la conciencia hacia un proceso de construcción de tipo metafórico y lleva el proceso hacia adentro, hacia uno que es más subjetivo que objetivo. Así, replegando el proceso constructor hacia adentro, nos enfrentamos con un tipo de “constructor” diferente al físico: el factor mente subjetiva, el principio mental que es capaz de concebir el patrón del diseño (el anteproyecto arquetípico) y consecuentemente organizar la sustancia de la mente (el “material” simbólico), el chitta, vía la construcción-pensante. Por lo tanto, en lugar de construir un templo externo, es hacia el Templo interno del Alma (el Templo de Luz) que la Masonería especulativa dirige nuestra atención, ilustrando el proceso, los objetivos y las metas espirituales del alma por medio del simbolismo del arte de la construcción. Así, la Masonería especulativa dirige nuestra atención a un proceso evolutivo de la mente o principio mental – el alma en el plano de la mente como el constructor del hombre interior – i.e. y así presenta a la mente misma como la herramienta de trabajo principal. Este principio mental, este elemento racional en nosotros que se nos es heredado desde el alma misma y nos separa de los reinos sub-humanos en la naturaleza, es común tanto al hombre como a la mujer.
Que hemos heredado los Antiguos Misterios en la forma de la Masonería y preservados en una forma judía, sabiamente enmarcada por aquellos Profetas judíos de antaño, es sin duda cierto. Que ellos enmarcaron aquellos Misterios dentro de las alegorías de la construcción y del arte de la construcción también es sin duda cierto; pero aquello que enmarcaron, de acuerdo a los Antiguos Landmarks era aquello que recibieron de quienes los precedieron (y durante su estadía en Egipto y como muchos de ellos llegaron a ser iniciados en los Misterios egipcios), las verdades espirituales que son de una antigüedad mucho mayor, habiendo existido “desde tiempos inmemoriales”. Fueron esos Profetas judíos quienes sabiamente añadieron el simbolismo metafórico de la construcción, i.e., el arte imaginativo de construcción interna (utilizando la nomenclatura de la construcción metafóricamente), hasta el linaje y revelación de la Enseñanzas de los Misterios, que aún continúa. A lo que habían aprendido de la Luz de los Misterios egipcios añadieron la construcción del Templo de la Luz con el objetivo de producir la forma para el descenso del Shekinah divino, i.e., el espíritu divino en el hombre. Así, mediante el arte especulativo de construcción interna, disciplina y desarrollo intuitivo, la forma podría ser preparada para el ingreso de algo espiritual y la divinidad se podría manifestar sobre la tierra, lo que sucedió mediante la aparición de Cristo en la forma (y por medio de una forma judía), aunque lamentablemente no lo reconocieron cuando sucedió.
Más y más a lo largo de los siglos, la visión o intención espiritual temprana ha llegado a ser distorsionada y materializada por tendencia materialista de la mente del hombre. ¡La primera tarea en la cantera podría ser considerada como perdida! Pero nada de valor esencial se ha perdido. La verdad de la iniciación aún está allí, preservada en la Masonería.
Ahora, sin embargo, estamos en una era diferente y ¡lo perdido debe ser encontrado nuevamente! Simplemente existe necesidad de una revisión de percepciones y comprensiones. El argumento básico de la exclusión de la mujer en la Masonería, generalmente se extiende a lo largo de las líneas siguientes, presentadas aquí en forma de debate. Deberemos separar las afirmaciones que expresan el punto de vista convencional concerniente a las “calificaciones para la admisión” (en cursivas) y responder a cada una de ellas con nuestra propia posición en estos temas.
El Debate Sobre la Mujer en la Masonería
Punto de vista de la Masonería convencional: Es un Landmark incuestionable de la Orden, y el primerísimo pre-requisito para la iniciación, que el candidato debe ser “un hombre”. Esto por supuesto prohíbe la iniciación de una mujer.
AUM – Nosotros no hemos encontrado ningún “Landmark incuestionable” como el mencionado. Un antiguo “Cargo” al que recurrió el hombre ha afirmado este punto, pero este ilustra una de esas ambigüedades en las cuales un “Cargo” ha llegado a ser considerado como un “landmark”. Pero un “Cargo” no es un Landmark de acuerdo a nuestra definición. Aplicando los principios de lógica y razonamiento espiritual, el “primer pre-requisito para la iniciación” no tiene nada que ver con el género; tiene que ver con una preparación y logro interno, espiritual y concierne solo al “hombre” ya que la palabra “man” en inglés es derivada etimológicamente de la raíz sánscrita, manas (mente), refiriéndose al principio mental. Se presume que tanto hombres y mujeres están en posesión de esta facultad (ya que es la base del elemento racional en todos nosotros como seres humanos) y es uno de los principios o aspectos de la Triada Espiritual. Es el alma, que no tiene sexo, en el plano de la mente la que pasa por la iniciación y no la personalidad individual – hombre o mujer.
Hasta la última parte del siglo diecinueve, no obstante, existía una verdad velada en esta afirmación concerniente a la no-admisión de mujeres, la cual tiene su contraparte en la Logia en lo Alto. Hasta ese periodo, un alma tenía que estar en un cuerpo masculino en la encarnación en la que sería admitido por primera vez en una Logia interna de un Maestro de Sabiduría (en un Ashrama en la nomenclatura de la Sabiduría Eterna). En ese entonces un alma que ya estaba técnicamente en tal Logia interna podría encarnar en cualquier género, pero la encarnación en la cual la admisión era lograda por primera vez debía ser en una forma masculina. Todo eso ha cambiado ahora. Debido a muchos factores, incluyendo avances en las oportunidades de la educación exotérica, una pérdida en el agarre de la tiranía de las iglesias y el pase o surgimiento desde las restricciones peculiares distorsionadas impuestas durante la Era Pisciana, ha llegado a ser posible que un alma ingrese o sea admitida en una Logia interna en cualquier género en encarnación, siempre y cuando todos los requisitos espirituales se encuentren en orden y así cumplidos.
La Masonería Convencional está, por lo tanto, “atrasada” al responder a este cambio interno, pero es interesante notar que también aproximadamente en ese tiempo se dieron las primeras apariciones de Órdenes Masónicas mixtas que estaban respondiendo, aunque inconcientemente, a las energías afluyentes de este cambio interno.
Punto de vista de la Masonería convencional: Este Landmark surge de la naturaleza peculiar de nuestra ciencia especulativa como conectada con un arte operativo. La Masonería Especulativa no es sino la aplicación de la Masonería Operativa a propósitos morales e intelectuales.
AUM – Habiendo prescindido del punto de vista convencional de que este edicto controversiales un falso “landmark”, – una ley o principio espiritual – es, por supuesto, fácil de aceptar las bases de esta regla como fundamentada sobre una tradición o práctica en el arte del Masón operativo, requiriendo labores físicas pesadas y derivada del tipo de conciencia existente en la Edad Media. Pero, como fue establecido anteriormente, nuestro punto de vista es opuesto a la versión exotérica, en que mientras el punto de vista convencional respecto a que la Masonería especulativa surgió del taller operativo, nosotros vemos al arte operativo de manera opuesta, es decir, como un resultado externo, expresión o efecto de la ciencia interna, especulativa; la aparición en la forma de ciertas precipitaciones internas, concernientes a planes y patrones arquetípicos cósmicos y universales. Por lo tanto, en nuestro punto de vista, el taller operativo no es otra cosa sino un símbolo externo de una realidad espiritual interna y la ciencia especulativa, por lo tanto, existió antes que el taller operativo. La secuencia es así invertida. Todo procede desde el ser interno hacia las apariencias externas, siendo la apariencia del fenómeno una precipitación de un impulso interior. El mediador durante la etapa de existencia auto-conciente individualizada es el alma, el constructor del hombre interno. La principal herramienta de trabajo de esta Entidad es el factor mente en sus divisiones triples, a través de las cuales da forma, moldea y construye acorde al patrón o diseño interno establecido sobre la Plancha de Trazar de la conciencia espiritual. Su objetivo es provocar que la “condición del material” se aproxime y esté conforme a la correcta sincronicidad de vibración con la cualidad del material para la construcción del Templo de Luz; en otras palabras, elevar los estados de la materia para aproximarse a los estados de la conciencia.
Por lo tanto, nada en este punto de vista o posición, tiene que ver con el género. Tanto hombre como mujer son iguales en la tarea de la auto-disciplina y su resultante progreso espiritual; ambos son capaces de conducta moral y desarrollo intelectual; ambos tienen y son producto de las mentes y ambos pueden pensar y construir internamente (en la luz del alma) por el medio y sustancia del pensamiento.
Punto de vista de la Masonería convencional: Nuestros predecesores cincelaron, de acuerdo a las tradiciones de la Orden, en la construcción de un templo material, mientras que nosotros estamos comprometidos en la elevación de un edificio espiritual – el templo de la mente.
AUM – Cierto, si el punto de vista de uno esté enteramente limitado a considerar que la Masonería especulativa surgió del taller operativo y como una nota valiosa de transformación; pero la naturaleza especulativa de la Masonería está expresada en nomenclatura judía y los judíos mismos nunca fueron “constructores” de edificios materiales. Empleaban “artesanos y artífices” de otras “naciones”, incluso acorde a las alegorías de los rituales. Si aceptamos el punto de vista que los judíos transmitieron los antiguos misterios (durante su dispensación después de la cual aprendieron de los Misterios egipcios) y los alegorizaron en la nomenclatura del taller de construcción, también debemos comprender que su contribución ya era especulativa – surgiendo de su mente fértil, imaginativa y creativa; sus mentes siempre han estado orientadas a la elevación de un edificio espiritual y así preparando a la forma para el descenso del Shekinah divino, re-cubriendo así los Antiguos Misterios en la nomenclatura de los constructores.
Es cierto que “nuestros predecesores cincelaron en la construcción de un templo material” si consideramos a nuestros “predecesores” como la humanidad temprana; pero si se le añade el componente esotérico, entonces los “predecesores” o ancestros, son, por un lado, los señores lunares de la sexta Jerarquía Creadora, los “ancestros” que proveyeron el andamiaje en el cual el material para la forma fue vertido, (ya que ellos son los constructores del hombre exterior); pero, por otro, tenemos a los señores solares, los “ancestros del hombre espiritual”, la quinta Jerarquía Creadora (que los Profetas judíos comprendieron y codificaron o alegorizaron y ocultaron dentro de su cambio de los Misterios a lo largo de las líneas del tema de los Constructores) y esto está también claro en sus Enseñanzas esotéricas y cabalísticas. Estos señores solares dieron forma y moldearon la “construcción” de acuerdo a planes internos y diseños arquetípicos establecidos sobre la P.T. Esotéricamente, nuestros predecesores reales son, por un lado, “aquellos que han andado este camino antes que nosotros” y han logrado la meta, i.e., iniciación y maestría, y por otro, el Ser Que es la verdadera Fuente original de nuestro Ser e Identidad Espiritual Individual, la Unidad de la Cuarta Jerarquía Creadora y aquel “rayo del Absoluto” dentro nuestro– la Mónada. Nuestra identidad real es el Ser espiritual Que siempre existió antes de cualquier apariencia en lo que llamamos forma. Así, esto es también cierto para la secuencia de la Masonería: el Gran Maestro existió antes de la existencia de una Gran Logia en lo Alto; la Gran Logia en lo Alto existió antes de las Logias en la tierra.
De cualquier modo, no hay nada concerniente al levantamiento de un “edificio espiritual”, un templo de la mente como un Templo de Luz que afirme que sólo los hombres pueden hacerlo, o que las mujeres no. Tanto hombres como mujeres ya son expresiones del principio manásico, y ambos, estando en posesión del elemento racional, presumiblemente poseen esa facultad que les permite pensar y posteriormente construir internamente – por medio del poder del pensamiento – el Templo de Luz interno.
Punto de vista de la Masonería convencional: Ellos emplearon sus implementos para propósitos meramente mecánicos; nosotros los utilizamos simbólicamente, con un diseño más exaltado.
AUM – ¡Y qué sistema tan hermoso es! Sin embargo, ya se ha dicho suficiente sobre nuestros puntos de vista opuestos en estos asuntos, y ¡todavía no se ha dicho nada en todo esto acerca de porque “las mujeres no pueden hacerlo”!
Punto de vista de la Masonería convencional: Es así que en todos nuestros emblemas, nuestro lenguaje y nuestros ritos, existe una bella ejemplificación y aplicación de las reglas de la masonería operativa a un propósito espiritual.
AUM – Siempre fue así, solo el arte operativo es meramente simbólico de un propósito espiritual pre-existente; y ¡todavía no se ha probado nada en todo esto acerca de porque “las mujeres no pueden hacerlo”!
Punto de vista de la Masonería convencional: Y como es evidente que el Rey Salomón empleó en la construcción de su templo solamente hombres fuertes como un roble y trabajadores ingeniosos, así en nuestras Logias, en imitación a este gran ejemplo, demandamos, como un requisito indispensable para la iniciación en nuestros misterios, que los candidatos sean hombres, capaces de ejecutar tal trabajo como el Maestro se lo indique. Este es, por lo tanto, el origen del Landmark [¿?] que prohíbe la iniciación de mujeres.
AUM – Como nunca nadie lo ha encontrado, la existencia misma del Templo del Rey Salomón como un edificio material es cuestionable. En la Masonería especulativa, el Templo del Rey Salomón ha permanecido como un símbolo, un símbolo del Tempo del Alma, el Cuerpo Egoico o Causal, donde reina el “rey”, el alma. Sal-Om-On es un nombre compuesto hecho de tres nombres del sol, (simbolizando al señor solar o alma) en tres idiomas antiguos. La naturaleza del “sol” en los Misterios egipcios representaba un reconocimiento del Sol Central Espiritual y no las interpretaciones ignorantes de los profanos y “caballeros leídos” que tradujeron los jeroglíficos como significando literalmente “adoración al sol”, siendo ellos mismos, no iniciados en los misterios. Un reconocimiento del sol en sus divisiones triples y esotéricas era parte de los Misterios egipcios y ellos comprendieron que este símbolo brillante es una manifestación externa de la apariencia del Logos solar, que es el Sol Físico exterior, el Corazón del Sol y el Sol Central Espiritual, el cual encuentra su correspondencia en el hombre como el Sol de la Personalidad, el Sol Ascendente (del alma y que está indicado en el horóscopo como el signo ascendente o sol ascendente) y el Sol Abrasador de la Mónada. Los judíos aprendieron esto de los Misterios egipcios y lo codificaron sabiamente en sus Misterios bajo el nombre de Rey Sol-Om-On (representando al alma o Mónada) el Sol central Espiritual.
La consecuencia del “por lo tanto” en la afirmación convencional arriba mencionada es cuestionable desde el ángulo del razonamiento válido. Si el punto de vista de la Masonería es de tipo material concerniente al taller operativo, entonces la exclusión de la mujer en cuenta de la labor física involucrada puede ser admisible. Pero, incluso en la Masonería especulativa convencional, el elemento espiritual es admitido y está sobrepuesto sobre el operativo – recurriendo a este último sólo en la forma de alegorías y símbolos – y de todos modos ¡ninguna labor manual está nunca involucrada en las Logias especulativas modernas!
Presumiblemente, la Masonería especulativa ya es más que una “imitación” de una interpretación literal de una labor manual y a este simple aspecto de la lógica testifican todos los ritos representados, las alegorías dramatizadas y la configuración de un Templo Masónico, ya que todos ellos están considerados como símbolos ¡incluso por los Masones convencionales modernos!. Un símbolo es un signo externo y visible de una realidad interna, espiritual. Un “símbolo” no es un símbolo de un símbolo. El arte operativo ya es un símbolo de una actividad interna. El problema parece surgir al confundir al símbolo con lo que simboliza. El llamado “requisito indispensable para la iniciación” en los misterios de la Masonería de que “el candidato debe ser hombre” (excluyendo a las mujeres) está basado, por lo tanto, en razonamientos fundamentalmente erróneos. Pero, por supuesto, todo depende de la premisa inicial sobre la cual se basa el argumento y – siendo la percepción interdependiente de la existencia – dependiendo entonces del punto de vista – ya sea material o espiritual – ambos son relativamente correctos para la conciencia que los percibe.
No obstante, no hemos encontrado ningún Landmark descalificando a la mujer de la Masonería o de participar en los Antiguos Misterios o de aproximarse a la Iniciación ya que todos estos principios conciernen al alma y no a la forma. Hemos encontrado esta afirmación solamente en un “Cargo” Masónico que ha sido llamado ambiguamente “landmark”; pero parece haber sido llevado desde los gremios del taller operativo manual. Pero puede ser igualmente argumentado que esta regla operativa no tiene bases inteligentes en la Masonería especulativa verdadera.
Tanto hombres como mujeres son productos de las mentes y almas, criaturas de karma, ya que ambos no son otra cosa que formas aparentes de una Entidad asexuada, el Alma y la forma cambia de vida en vida dependiendo de los propósitos del alma. Ambos son intrínsecamente productos de manas y presumiblemente, estando en posesión del elemento racional de la autoconciencia y pensamiento, pueden pensar, planear y actuar de acuerdo a ello.
Resumen y Conclusiones
Se ha permitido publicar el debate anterior simplemente para ilustrar la ambigüedad que surge en ausencia de definiciones claras y razonamiento válido y para ayudar a aclarar la posición de AUM en el importante asunto de la controversia Masónica. Esperamos que fomente un debate saludable dentro de la comunidad Masónica a nivel mundial y que oportunamente lleve a un progreso más iluminado e inteligente.
Al dirigirnos sobre este asunto en los párrafos anteriores, sin embargo, quisiéramos aclarar que nosotros no somos parte de la bulliciosa multitud respecto a la “batalla de los sexos” y no tenemos interés en ello de ningún modo. Simplemente estamos siguiendo un edicto que fue pasado por la Gran Logia en lo Alto e incorporándolo en nuestro edificio Masónico como una “enmienda reguladora” por un lado, y por otro como algo que es perfectamente natural. Es tan natural para nosotros que ni siquiera pensamos en ello como siendo cualquier “otra cosa” o controversia y hemos llevado estas consideraciones al trabajo espiritual que tenemos entre manos.
Los problemas de la Masonería convencional no serán resueltos por la inclusión de la mujer, no obstante. El progreso será realizado solamente por el esfuerzo combinado y grupal de los miembros de una Logia, debido a una comprensión más profunda del significado de la Masonería y llegando juntos a una unidad de pensamiento sobre sus labores Masónicas y el trabajo ejecutado en el piso del Templo. Nuestros miembros deben primero comprenderse a sí mismos como Masones y que cualquier distinción de género no juega ningún rol de ningún tipo en nuestra aceptación para la admisión o en nuestras consideraciones mutuas. Todos nos encontramos en el Nivel como Almas.
Simplemente recomendamos a nuestros miembros: si perciben algo que está mal en la sociedad y necesita ser corregido, entonces están en la libertad de corregirlo; pero al mismo tiempo, mantengan los asuntos separatistas fuera de nuestro trabajo Masónico en AUM. Como Almas y Masones, nos encontramos primero en el Nivel y toda otra consideración no es importante en nuestro trabajo grupal.