P: ¿Quién puede ser miembro de AUM?
Las Logias de AUM dan la bienvenida a las puertas de su Templo y admiten a sus privilegios a todos los hombres y mujeres dignos de todos los credos y de cada raza, insistiendo en que todos deben ser reconocidos como iguales en su origen divino. Antecedentes en estudio, entrenamiento y disciplina esotéricos son recomendables.
P: ¿AUM impone alguna restricción de edad?
Un postulante debe tener al menos 21 años.
P: ¿AUM cobra a sus miembros cuotas?
No. La membresía en AUM se mantiene mediante la asistencia regular a la Logia. Si uno no puede asistir de manera regular a la Logia o no quiere hacerlo, entonces AUM no es para esa persona.
P: ¿Puedo convertirme en miembro de AUM incluso si no hay una Logia local?
Sí. De hecho, tenemos muchos miembros que viven en lugares donde no tenemos Logias locales (y algunos están a gran distancia). Pero de todos modos se requiere asistencia regular a la Logia para conservar la membresía en AUM y para ser entrenado en el trabajo del Taller. Sin embargo, tenemos permisos especiales para quienes viven más allá de cierta distancia de una Logia, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos mínimos y estén preparados para viajar para asistir y participar en el trabajo de la Logia a intervalos regulares a lo largo del año.
P: ¿Puedo ser miembro de AUM mediante un curso por correspondencia?
No. La Masonería de AUM no es un curso por correspondencia. Ser Masón también requiere asistencia regular a la Logia en la que uno recibe entrenamiento en el trabajo ritual de la Masonería y finalmente aprende a contribuir y participar en ese trabajo. Es donde uno aprende la naturaleza del trabajo grupal en el plano físico y con comprensión espiritual. La Masonería aún permanece como el mejor modo de entrenamiento en el trabajo grupal fraterno.
P: ¿Cuánto tiempo toma ser miembro de AUM?
Esta pregunta es frecuente. Y por lo tanto, invertimos la pregunta: ¿Estás utilizando de la mejor manera tu tiempo?
Esencialmente, ser Masón en su sentido completo, es un estado de ser. “Ser Masón” no significa simplemente ir a las reuniones de la Logia como si fuese un club, una clase o una actividad extra en la rutina. Asistir a la Logia es un acto de servicio grupal y al hacerlo uno debe buscar ser empoderado por la naturaleza del motivo de asistir a la Logia. Es una oportunidad de participar y contribuir a las labores benéficas a nombre de otros y de aprender la destreza de invocar y distribuir energías potentes en formación grupal, trabajando así juntos con propósito dirigido.
Si uno busca una respuesta meramente concreta, sí, de hecho tenemos reuniones mensuales en la Logia en los momentos establecidos.
Pero, si uno quiere llegar a ser un “masón operativo” en el sentido espiritual, entonces se debe permitir que domine en la conciencia de uno el trabajo y la naturaleza de los constructores en servicio al Plan para que se convierta en una ética del vivir. Como una comprensión más profunda del tiempo es la de una “sucesión de estados de conciencia”, entonces la comprensión que uno tiene del “tiempo”, depende del estado de conciencia propio.
Por lo tanto, no podemos responder a la pregunta meramente desde el punto de vista “del estilo de vida occidental ajetreado”. Desde ese punto de vista, es la pregunta equivocada.
El postulante a AUM se compromete a asistir a las reuniones regulares de la Logia en la cual será miembro, a menos que se lo impida hacerlo causa(s) lo suficientemente graves. Estas reuniones son convocadas al menos una vez al mes. Sin embargo, el verdadero Masón no considera solamente como una responsabilidad solemne, sino como un privilegio el asistir a su Logia, y esto se basa en el reconocimiento y comprensión de que el trabajo allí realizado (a pesar que el empoderamiento de la cultura de la vida interna de sus miembros es un factor incidental) tiene una función mucho más importante al proveer un centro de invocación y distribución de los beneficios espirituales de la Masonería al mundo. Mediante la asistencia regular a las reuniones de la Logia, el nuevo miembro aprende gradualmente como contribuye definidamente a este aspecto más importante del trabajo.